Daniel Leonardo Mancilla Báez
Código: 2508480
Primero los Lumière y los Pathé, luego los Di
Doménico y después Flaherty.
Francia, 1895. Los hermanos Lumiere hacen su lugar en la historia al
presentar en París su más reciente creación, “el cinematógrafo”, un aparato que
presento al mundo una nueva manera de construir mirada que se desarrollaría a
lo largo del siglo XX consolidando al
lenguaje cinematográfico como la forma de arte descriptiva de este siglo.
Existe un debate serio con respecto a sus primeras filmaciones, dicho debate se
centra en el género con el que se dio inicio al lenguaje de imagen en
movimiento; el cine. La mayoría de opiniones arrojan la idea de que las
primeras filmaciones de los hermanos Lumiere y más tarde; las de los hermanos
Pathe, tienen forma de documental de corte experimental. Sin intervenir en
dicha discusión pondremos a las primeras filmaciones de los hermanos Lumiere y
Pathe como documentales de corte experimental por su contenido visual y forma
(Cámara quieta, Planos generales) y analizaremos como este nuevo fenómeno se
desarrolló lo suficiente en los siguientes veinte años para dar un salto
importante pero poco descubierto y tristemente olvidado en la historia de la
cinematografía mundial. El primer largo documental de la historia del cine, que
no precisamente es Nanook el esquimal (Nanook Of The North) de Robert J.
Flaherty de 1922.
Colombia, 1915. La compañía de los hermanos Pathe, considerada la primera
gran compañía de industria cinematográfica de la historia por Erik Barnouw[1]
llega al Latinoamérica tan solo tres años después de la primera presentación
del cinematógrafo en Paris. Su compañía se dedica –Al igual que como ha venido
realizando en Europa y Asía- a filmar acontecimientos de interés público,
eventos climatológicos y lugares paradisiacos a lo largo de todo el continente.
En Colombia son los primeros en traer el cinematógrafo en 1905 y en registrar
algunos lugares de la geografía colombiana, como dice Juana Suarez en su
estudio sobre la historia del cine colombiano, como tal, el cine llego a
Colombia como a otros países de Latinoamérica, de la mano de la modernización y
del periodo de industrialización, no se concibió necesariamente como medio
artístico sino como un posible negocio (…) Al igual que en otras geografías de
Latinoamérica, la escases de material sobreviviente hace difícil la
aproximación a esos año.
El primer cine colombiano en el periodo comprendido desde la llegada de las
primeras latas de fílmico en 1905 y la realización de la primera película de la
que se guarda registró en 1915 es en su totalidad desconocido para nosotros hoy
en día y no se tiene registros escritos que describan como eran o que plasmaban.
Ni siquiera en el patrimonio fílmico Colombiano que ha realizado incontables
esfuerzos por encontrar material revelado de dicha época. Esta institución
nacional ha logrado encontrar y restaurar otras producciones de la época como
25 segundos de “María” (1922) y 11 minutos 31 segundos de “Aurora o las
violetas” (1924) películas que originalmente fueron concebidas como
largometrajes de ficción. De producciones restauradas casi en su totalidad
destacan “Madre” (Dir. Samuel Velásquez, 1924) Y “La tragedia del silencio
(Dir. Arturo Acevedo Vallarino, 1924), esto como ejemplo de lo que ha logrado
restaurar el patrimonio fílmico colombiano de obras que se creían extintas hace
diez años, dice la crítica y restauradora colombiana Juana Suarez (Cinembargo
Colombia. 2009: 27).
Con este panorama de cine mudo colombiano restaurado –Que valga la pena
decirlo, es bastante material en relación a las primeras producciones de otros
países en donde se las considera enteramente perdidas- resaltamos una que sin
exagerar es una joya cinematográfica colombiana a la que no se le ha dado su
debido puesto en la historia del cine mundial como “El primer largometraje
documental de la historia del cine”.
Hacia 1915 Colombia pasaba por tiempos turbulentos en su panorama
político, a menos de un año de magnicidio del general Rafael Uribe Uribe y
trece años después del conflicto armado civil que deterioró la unidad de la que
en ese entonces era una república centralista; la guerra de los mil días,
Colombia era un país que indeterminadamente (como en la totalidad de su
historia) estaba destinada a más años de violencia en las zonas rurales y de
discrepancias políticas y sociales en las ciudades capitales. Este complejo
ambiente de devastación es plasmado en los noventa minutos que solía durar la
primera realización en largometraje de los hermanos Di Doménico -que como los
hermanos Lumiere en Francia considerados los pioneros del cine mundial y del
cine francés- son considerados los pioneros del cine colombiano.
“El drama del 15 de octubre” (1915) Dirigida por Vincenzo Di Doménico y
producida por sus hermanos Francesco, Giovanni y Donato Di Doménico, todos
inmigrantes italianos, es a consideración de los historiadores colombianos y
algunos internacionales el primer largometraje del cine nacional y además el
primer largometraje documental del cine mundial. Siete años antes de Nanook del
norte de Flaherty, este documental del que solo se restauraron escasos 5
minutos con 34 segundos muestra el funeral del general parlamentario Liberal
Rafael Uribe Uribe en las calles del centro de Bogotá. Su funeral es
considerado uno de los momentos claves de la congragación y protesta pública y
los movimientos populares en la historia de Colombia. Congregó a toda la
población Bogotana y significo el primer magnicidio nacional que motivo a la
lucha liberal desde antes de las protestas en contra de la ley 100 de 1934 del
presidente Alfonso López Pumarejo,
generadora de la violencia de los 30 en todo Colombia y del famoso 9 de abril
de 1948 con el magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán que desemboco en el comienzo
de la lucha popular armada en los llanos orientales a manos de guerrillas
liberales –Cabe anotar que Colombia
lleva toda su vida en guerra, no se dejé engañar, no son 50 años, son más.
De los más de cinco minutos restaurados, este documental tiene algunas de
las secuencias más importes de su material original. Tanto unas muy bien
grabadas secuencias del funeral en las que existen todos los valores de plano
hoy determinados (desde planos detalles hasta grandes planos generales) que
demuestran lo avanzado que estaba el estándar de realización en la Colombia de
ese entonces, como una secuencia de ficción, una puesta en escena en la que una
mujer posa con la bandera de la confederación granadina –nombre de Colombia en
ese entonces- frente al monumento en honor al general Uribe Uribe. Solo en esos
escasos cinco minutos se puede observar un gran avance en la gramática
audiovisual, al nivel de la gramática de los primeros largometrajes estadounidenses
y europeos que curiosamente son de ese mismo año. “El orgullo de la nación” de D.W.
Griffith, estrenada –y abucheada- ese mismo año, es considerada el primer
largometraje de la historia del cine estadounidense con más de cuatro horas de
metraje y en su gramática (Tipos de planos, composición de los planos, puesta
en serie y puesta en cuadro) presenta un paso importante al Salir del plano
general y construir un tipo de montaje que luego iba a ser llamado “el montaje
invisible” no son tan diferentes de lo que se construyó en el drama del 15 de
octubre en la que el montaje es fluido y presenta un avance en construcción de
planimetría.
Fotograma de El
drama del 15 de octubre (secuencia de puesta en escena)
“La proeza de Di Doménico se adelantó a su tiempo tanto por el carácter
insólito y accidental vanguardismo, como por sacar a flote la suspicacia y el
miedo que suele tener Colombia cuando se ve en la pantalla se pregunta desconcertada ¿Así somos?”
comenta el historiador del cine colombiano Hugo Chaparro Valderrama sobre este
film que como él dice saca a flote la suspicacia y el miedo que suele tener
Colombia al mirarse en pantalla. Y es así como el primer largometraje del cine
colombiano es un documental que retrata un rasgo que luego se convertiría en
característica de las historias que contamos desde la literatura y el cine en
nuestro país y además, en una característica de nuestra vida cotidiana. Como
dice Juana Suarez: “plantea una serie de premisas que aun recorren el cine
colombiano: La representación de la violencia”. La película fue planteada por
los Di Doménico como un documental que Bill Nichols clasificaría como “Documental Observacional”,
pero a su vez tiene un punto de vista reflexivo y expresivo que al quedarse
observando el dolor del pueblo bogotano por la muerte del líder del partido
liberal, el partido de la mayoría de la población de la ciudad en aquellos años
crea una atmósfera expresiva que nacería en el documental de observación de
Waismann y que deja la reflexión al público, todo esto sin llegar a ser
considerada por ningún motivo (ni forma ni tratamiento) como un documental de
propaganda.
Estados Unidos, 1922. Robert J. Flaherty expone su documental Nanook el
esquimal, este tuvo una recepción buena en Estados Unidos y con el tiempo lograría
un gran impacto a nivel internacional y nacería el género documental, esta vez
ya no como un experimento de observación de trenes y obreros saliendo de una
fábrica, sino como una construcción audiovisual con un tratamiento y tesis
consolidados, un paso más en la evolución del cine como un nuevo arte. Y desde
allí a nivel internacional el documental cambiaría, mutaría, pasaría de
realizador en realizador y de estilo en estilo. El crédito del primer
documental se lo lleva Flaherty con un documental que aún sigue siendo leyenda
y del que se tiene la totalidad de su metraje, a diferencia de los hermanos Di
Doménico, cuya obra; que incluso quienes la han estudiado a fondo la consideran
vanguardista, se encuentra perdida con solo algo más de cinco minutos salvados.
En forma superior al documental de Flaherty, pero en reconocimiento no hay nada
más que decir.
Y al igual que en nuestros días, antes de que crítica y academia le dieran
la espalda al drama del 15 de octubre, fue el publico el primero en enterrarla.
Tras ser presentada en algunos teatros de Bogotá (Los primeros cines del país)
El público no completaba los noventa minutos de metraje y salía haciendo
reproche de lo que veían. Por este motivo nunca llego a ser vista en el
exterior. Ni los esfuerzos de la SICLA (Sociedad industrial cinematográfica
latinoamericana, fundada en 1914 y disuelta en 1928) primer gran estudio de
cine latinoamericano, logró poner a este documental en el ojo el cine mundial.
El siguiente gran paso del cine Colombiano llegaría en 1926 de las manos de
“Garras de Oro” (1926. Dir. P.P. Jambrina) considerada la primera película
anti-imperialista (y anti-propagandística) de la historia del cine. Prohibida
en Estados unidos, esta si logró permanecer en la memoria de los estudiosos del
cine y puso en el mapa a Colombia como productor de cine. Aunque no es un documental, representa un
paso en la narrativa de sucesos históricos (En este caso, el robo de Panamá por
Estados unidos) y de construir una perspectiva basado en lo que sucedió. Además
seria inspiración para algunos
documentalistas colombianos como Luis Ospina Y Carlos Mayolo para realizar
documentales como Agarrando pueblo (1975).
El drama del 15 de octubre representa para el cine Colombiano un punto
importante en la realización de documentales a nivel internacional.
Posiblemente superior en forma y tratamiento a Nanook el esquimal de Flaherty.
Es un punto importante en la mitad de la transición del documental de
observación experimental de los hermanos Lumiere y Pathé al documental
contemporáneo en la que el tratamiento, el punto de vista del autor y la
necesidad de contar historias humanas, sobre humanos y para humanos pasan a
estar en un primer plano.
Referencias bibliográficas:
1.)
Cinembargo
Colombia: Ensayo crítico sobre cine colombiano y cultura (Juana Suarez, 2009.
Pg. 27, 28, 29, 30)
2.)
[1]El
documental (Barnouw, Erik, 1999. Pg. 22)
3.)
Fundación
patrimonio fílmico Colombiano (http://www.patrimoniofilmico.org.co/index.php/documentos-y-publicaciones/14-documentos/186-el-drama-del-quince-de-octubre-de-vincenzo-di-domenico-1915)

Parece mentira escuchar de una cinta producida en territorio colombiano tan cercana al origen de la cinematografía. Y es un gusto saber de ella, en comparacion a los documentales que hicieron parte de los contenidos de la clase.
ResponderBorrarConsidero que el texto en relacion al "drama del 15 de octubre", no solo habla de una curiosidad en la historia del cine dejada de lado por los criticos y la academia, sino que es un abrebocas al constante interés social presente en los discursos cinematograficos colombianos (Garras de oro y Agarrando pueblo) y al tema mas recurrente de todos: la violencia.
Aunque publicado unos días después de la fecha propuesta, el comentario es un juicioso ejercicio de investigación sobre la historia del documental que articula el contexto global con el local
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