Buena Vista Social
Club (1999) es un documental musical que nace con
un proyecto que se planteó el guitarrista Ry Cooder en 1996, aquel de partir a
Cuba en la búsqueda de intérpretes del folclor para reunirlos y grabar un
álbum. A dicha iniciativa quiso invitar a Wim Wenders con quien ya había
trabajado en la película París, Texas. Este último viajaría con la intención de
realizar el registro documental de lo que allí sucedería. Se encontraron con un
gran grupo de artistas veteranos que estaban en el olvido a pesar del auge que
habían logrado en los años pre revolución. Sin embargo, Cooder logró su
objetivo de grabar el disco que saldría al mercado en el año 1997 y alcanzaría
un gran éxito y reconocimiento a nivel mundial llegando a obtener un Grammy.
Concentrado en la gran acogida que obtuvo el álbum,
Wenders se dedicó a hacer un seguimiento a la serie de eventos que
desencadenaría dicho éxito. Dos grandes conciertos en Amsterdam y el último que
realizarían juntos aquellos músicos que se llevaría a cabo en el famoso
Carnegie Hall en la ciudad de Nueva York, forman una de las líneas base de la
estructura del documental. Un regreso al espectáculo y al mercado internacional,
un gran público que asiste a escuchar lo último de los grandes éxitos, algunos
quizás atraídos únicamente por la fama que represento el premio Grammy, otros
por la necesidad de consumir aquella cultura alegre y exótica de la isla de
Cuba y otros que verdaderamente pueden considerarse amantes del son y trova
cubana y seguidores de este género. Por cualquiera que haya sido la razón, no
cabe duda que Wenders emprende también su tarea de realizar este documental a
partir de la significación cultural y éxito que representaría este álbum en el
mercado mundial. Como nueva estrategia comercial, donde la industria de la música
debe buscar nuevos espacios y medios para la divulgación del producto, Wenders
toma provecho y logra también una mejor distribución y reputación para
película.
Buena Vista Social
Club, no es más que un seguimiento a dichos
artistas del son cubano, pero uno que se queda corto. Wenders se dedicó al
registro de las grabaciones en estudio, las presentaciones, los conciertos en
compañía de Ry Cooder y su permanente presencia, ratificando la importancia y
centralización de la atención en el álbum. Sin embargo, la importancia que le
da a lo que vendría a hacer su segunda línea base estructural es muy pequeña, la
investigación acerca de estos personajes, sobre su historia, su presente, sus
costumbres, sobre su vida, queda reducida a unas cortas intervenciones de
algunos de los interpretes que conforman la banda. Es una línea interesante que
fue desaprovechada y se explora de manera superficial, que hubiese permitido
acoger a mayor público que únicamente aquel interesado en el mundo de la
música. Sin embargo dentro de dicha pretensión de Wenders habrá que reconocer
su propuesta fotográfica y de montaje, en donde una narración paralela entre
espectáculo y cotidianidad permite trasladarse de lo general a lo específico,
de la presentación en grupo a la interpretación solista donde la puesta en
escena se aparta a un lugar mucho más íntimo y cercano al artista y la cámara
danza junto a este al ritmo de la música. Momentos de mayor riqueza visual y dramática
que impactan y emocionan a pesar de su corta duración en la película.
Así como la estructura del documental se erige sobre dos líneas
principales, así mismo la audiencia de este producto puede distinguirse entonces
en dos grandes grupos, aquellos cinéfilos seguidores del trabajo y la carrera
de Wenders y atraídos por su prestigio; y aquellos amantes de la música, del
son cubano, pero así mismo acogidos por el gran éxito del álbum y quienes veían
como una necesidad conocer de las vidas de los artistas que se encontraban
detrás de este producto, información que debería suministrarles el documental.
Se valora el trabajo por parte del guitarrista Ry Cooder
en su intención de rescatar ritmos olvidados y el trabajo de Wenders en su
intención prestar la visualización de esto y un poco del backstage de estos
artistas, pero a quienes hay que dar el mayor reconocimiento es a los
protagonistas de todo este éxito, quienes son los contenedores y trabajadores de
toda una riqueza y tradición cultural. A los cubanos que mantienen el arraigo a
sus ritmos y música, y comparten al mundo su folclor Cubano.
"Y ahora si quieren bailar busquen otro timbalero..."
https://www.youtube.com/watch?v=raRqgKqIM3M
De los viajes tan frecuentes en su cinematografía, Wenders mira esta vez a Cuba, impulsado por un interés particular de la mano de un fenómeno del mercado musical.
ResponderBorrarRegularmente se habla y se escribe sobre los directores, sobre sus peliculas y como estan se construyen en relacion a su estilo. Este texto, mas que un analisis formal, hace mencion especial a los verdaderos protagonistas: los musicos de la Buena Vista Social club.
Una reseña de buen leer, por su redacción, estructura y elementos que contiene, además propone un cuestionamiento válido sobre lo que dice del director la ausencia de un elemento dramatico clave la vida cotidiana de sus protagonistas.
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